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Club de lectura: porque me hace tan feliz

Una de las mejores decisiones que he tomado desde que estoy en Vigo ha sido apuntarme a un club de lectura presencial, y os voy a explicar porque me hace tan feliz.

Como ya os comenté en la entrada de las mejores newsletters para seguir en 2023, desde hace un año aproximadamente me uní al proyecto de Val, la Biblioteca Polymata . La Biblioteca Polymata es una suerte de club de lectura orientado al ensayo y la divulgación. Con charlas mensuales de los libros a leer y una comunidad privada en Telegram que es una absoluta mina de oro de conocimiento y gente interesantísima.

El nivel cultural que me ha aportado unirme a este proyecto e ir leyendo los mejores libros que existen para comprender el mundo me ha enriquecido enormemente. Pero necesitaba complementarlo con algo más, echaba de menos volver a leer novela; y aun más: quería leer novela que jamás habría encontrado por mi cuenta. Encorsetado en la novela histórica, fantástica y la sci-fi; me estaba torpedeando a mí mismo y perdiéndome grandes obras por ahí fuera. Hasta que llegó el club de lectura.

No hay tiempo para todo en esta vida, pero sí hay tiempo para ir haciendo lo que nos gusta si uno sabe organizarse. Saber establecer unas prioridades en el día a día es vital para el que quiere aprender. Estoy muy pendiente y trabajo activamente por salir de la maldita cámara de eco en la que los diferentes medios y las redes sociales nos han encerrado. Conocer el problema es el primer paso para empezar a poner remedio.

Gracias a una amiga que mi pareja y yo tenemos aquí en Vigo, ferviente lectora; descubrimos que la Casa del libro dedica un espacio mensual para que se organice un club de lectura que una chica, ávida de conocer gente con intereses comunes y poder transmitir su amor por la lectura, inició. La Casa del libro gana clientes que compran allí sus títulos y nosotros ganamos un espacio donde poder compartir nuestras impresiones de los mismos. No lo pensamos dos veces y ambos nos apuntamos. Fue una de las mejores decisiones que he tomado desde que llegué a este ciudad. A titulo personal mis prioridades desde que llegué aquí las tenía claras: ejercicio físico y enriquecimiento cultural.

En el club de lectura hay personas de todas las edades. Los hay que partimos de la treintena, y las hay que llegan casi a los 80 años. Soy el único hombre que asiste a cada reunión, y no sabéis la enorme tristeza que me da al hablar con otras compañeras del club y que estas me expliquen que la norma suele ser esa en cualquier actividad cultural.

Cada mes debatimos el libro que, por votación en el grupo de WhatsApp que tenemos todos, sale ganador. Cada uno propone su libro. No sabéis la ilusión que me hace que el libro más votado en mayo haya sido el que yo propuse: Memorias de Adriano, mi libro favorito.

Desgranamos cada novela como el mejor de los cirujanos: debatimos las ideas clave a través de la experiencia vital de cada uno. No sabéis lo precioso que resulta estar hablando del concepto de la soledad que tiene, por ejemplo, una persona de 33 años, con una compañera de más de 70. Intercambiamos opiniones, reflexiones, sentimientos… en un espacio seguro donde parece detenerse el tiempo y el respeto por el Otro flota en el ambiente.

En un mundo que no para de ir cada vez más rápido, donde constantemente estamos bombardeados por la publicidad y las falsas apariencias… encontrar un lugar donde poder debatir con personas tan dispares acerca de una novela me parece lo más parecido a un oasis en el desierto en medio de la violencia de hormigón que son las ciudades.

Si tenéis la posibilidad de poder apuntaros a un club de lectura en vuestra ciudad o pueblo, probadlo de corazón. Ya me contaréis.

Un abrazo.

Javi.

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